sábado, noviembre 22, 2008

Post de Prueba de Windows Live Writer

Este un pequeño post de prueba del programa Windows Live Writer. Es un programa que permite publicar nuestros post desde la computadora, sin necesidad de estar conectados a Internet. Esto me parece increible para aquellas situaciones en que uno no tiene una red accesible, o cuando quieres ahorrar la batería del portátil al no tener prendida la WiFi todo el tiempo.

Es bastante ligero, y a pesar de ser un producto de Microsoft, funciona bastante bien (hay que reconocer cuando un producto es bueno, sin importar quien es el fabricante).

Hay dos funcionalidades que encuentro muy atractivas en este programa:

La posibilidad de escribir post usando la misma plantilla que tienes en tu blog, así te das una idea de cómo se mostrarán cuando estén publicados.

El poder usar tablas para mostrar la información. Esta es una característica que se echa de menos en los servicios gratuitos, como WordPress.com y Blogger.

 

Este es un ejemplo de la tabla La usaré para comparativos
De diversos productos. Veremos

 

Recomiendo la descarga de este software para todos aquellos usuarios de Windows que quieran escribir entradas para sus blogs sin necesidad de estar conectados a Internet.

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martes, noviembre 04, 2008

Una mañana cualquiera

Todo empieza con el sonido del despertador que zumbando
hace lo posible por sacarme del mundo de tinieblas en que
me había sumergido durante el sueño, una oscuridad tan espesa
que parece absorberlo todo, hasta el tiempo, pues tengo
la impresión de que me acabo de acostar e inmediatamente
sonó el despertador, quien como para reforzar su presencia,
inicia su segunda ronda de timbrazos y zumbidos.

Por fin, vencido por la fuerza de la costumbre, me levanto
de mi santuario-cama y me dirijo a iniciar el ritual diario
para comenzar el día. Apagar las luces nocturnas, verificar
que haya luz y gas, encender el boiler y preparar el atuendo
a usar durante el día.

En estos momentos es cuando comienzo a despertar y tomar
conciencia de mi existencia. Comienzo a sentir el frio del
ambiente y a ver los últimos momentos de la luna agonizante
ante el implcable avance de la luz diurna, que no acaba
de abrirse paso en el cielo. Mientras preparo el escualido
desayuno que me servira para cargar mis entrañas con algo
que les permita funcionar con normalidad, trato de recordar
las actividades importantes que tengo programadas para el
día, sin embargo, me doy por vencido al tercer intento fracasado,
mejor enciendo el radio y dejo que unas notas celtas me
envuelvan mientras engullo mi preparación.

La siguiente etapa consiste en una ducha que sirve para
lavar todas las fantasias y sueños acumulados durante la
noche, además de servir como estimulante para ayudar al
cuerpo a terminar de iniciar el día. Mientras el agua de
temperatura impredecible resbala por mi cuerpo, me asalta
repentinamente el recuerdo de que tengo una cita super importante
a primera hora, así que me sacudo la pereza y entro al ritmo
acelerado que es tan común en las grandes ciudades, a la
vez que es tan inútil y que suele tener consecuencias fatales
como choques, accidentes, ausentismo laboral, burn out...

Mientras me visto recuerdo la típica verborrea de mi superior:
"La presentación es importante para el trabajo, vengan bien
vestidos para dar una imagen profesional". Le maldigo, junto
con sus antepasados y toda su descendencia, a la par que
siento nostalgia por mis viejos jeans, y voy en busca de
la "ropa formal" para ir "bien vestido", ¡maldición! Esto
me tomará 10 minutos más, así que tendré que apresurarme.

Finalmente, y con el atuendo apropiado me preparo para abandonar
este espacio que sólo me sirve para mal dormir y al que
destino una parte considerable de mi ingreso. "Vaya desperdicio",
pienso mientras me acerco a la puerta para iniciar mi salida
y adentrarme en este día que la vida me tiene preparado.

Una noche muy común

Son las 8 de la noche en este horario de invierno. El viento
gélido sopla en el exterior congelando la piel, produciendo
quemaduras de frio en aquellas zonas del cuerpo expuestas
a su inclemencia.

En este frugal clima avanzo mientras la oscuridad comienza
a tragarse todo, a engullir la pálida luz rojiza que se
filtra en la agonia del atardecer.

Después de caminar un par de calles, doblo la esquina para
sumergirme en la boca calida y humeante de una entrada al
tren subterráneo, una entrada al metro, que si se mira con
cuidado, bien pudiera ser una entrada al inframundo donde
pululan los atormentados y las almas perdidas que no han
encontrado el camino que las lleve hacia la paz eterna.

Bajo esta perspectiva, todas las personas que entramos a
la boca para descender hacia el interior todavía más cálido
y humeante somos fragmentos de almas que buscan desesperadamente
huir de la vida cotidiana, de huir en busca de un refugio
donde se pueda escapar de la rutina diaria, buscar un camino
acasa, donde se pueda descansar.

El interior de la estación del metro se integra perfectamente
al escenario desolador, pues luce vieja, lo suficientemente
sucia para deprimir pero sin llegar al extremo de ser un
basurero nauseabundo. La falta de mantenimiento se nota
en las lámparas opacas, la pintura desconchada, las paredes
con trozos faltantes. ¡Hasta la empleada que atiende la
taquilla tiene un aspecto viejo y gris que hace juego con
lo demás!

A medida que se desciende por los tres largos tramos de
escaleras va aumentando la temperatura, y cuando ya estás
en el nivel de los trenes, el calor es insufrible, aumentado
al extremo por la concentración de gente, los procesos mecánicos
de los trenes y la descomposición de materia organica que
lentamente se pudre en las vías, el piso y dentro de las
paredes.

En los andenes de este nivel es donde se reunen las almas
perdidas que pululan y flotan a la espera de la llegada
de la moderna balsa naranja que los llevará a cruzar el
Estigio formado en la vía de la ruta. Aquí me uno a la espera
general, sudando por el calor y quitando mi chamarra para
soportar mejor la espera.

Instantes después hace su aparición el tren, que con un
timbre ensordecedor hace su aviso para que voluntariamente
nos adentremos a sus entrañas revestidas de asientos de
plástico verde.

Aquí estoy, sentado en las entrañas verdes de este tren
naranja, sofocándome con el calor que se siente, esperando
a que se complete el recorrido que me llevará a una estación
ubicada en el otro extremo de la ciudad, en un recorrido
que es absurdamente necesario para conseguir los bienes
que me permitan subsistir. La pregunta es ¿me animaré a
salir y enfrentar el frio clima, o solo seré vomitado por
este infernal gusano naranja?

sábado, noviembre 01, 2008

Inicio de Noviembre

La última semana del mes de octubre ha sido extremadamente cansada, al nivel que ayer me vencio el cansancio y simplemente cai dormido en el camión que me llavaba a casa. Lo malo fue al bajar del camión,pues el aire se sentía horriblemente frio y cortante, con lo que terminé de despertar de mi modorra producida por casi una hora en el tráfico del periférico.

Antes de que llegará a ese fin de la semana, me aventé tres días en un curso de manejo de un CMS, que la verdad estuvo aburridísimo y que al final de cuentas terminaron diciéndome que no iba a plicar nada de lo que me enseñaron en mi entrorno laboral, pero que era un gusto que hubiera podido asistir al curso. Lo pior de todo es que el curso lo impartieron en una localidad que está a mas de dos horas y media de camino desde mi casa, lo que hacía extremedamente ansado el traslado al inicio y al final del día.

Lo bueno es que ya estamos en noviembre y habrá más posibilidades de andar por el mundo, con más tráfico por la cercanía de la navidad y esas cosas.