lunes, julio 14, 2008

Cosas Increibles y de fábula

Me es difícil procesar lo que ha ocurrido en este día laboral y escribo sobre ello como un ejercicio de reeflexión.

Resulta que este día inició relativamente tranquilo, con actividades programadas para atenderse de acuerdo a su prioridad. Todo iba bien, recibí un mensaje de mi jefa avisando que llegaría tarde, lo que no me preocupó al fin que ya le había mandado los datos que me solicitó la semana pasada.

Los sucesos extraños iniciaron cuando llegó mi jefa, pues me pide información sobre algo que no me había comentado, y peor aún, teniendo el correo en pantalla, ella no fue capáz de leerlo y entender lo que se le solicitaba.

Yo, en mi papel de "explícame que quieres y te lo doy" me quedé esperando indicaciones, las cuales no recibí ya que la jefa se desapareció y llamó a la asistente para avisar que se iba a una junta y que ya no regresaría a la ofi.

Por supuesto que no me quedé y me fui a comer tranquilamente, al regresar mandé un correo con la info que me pareció conveniente. Después de un par de horas y mientras estoy en una junta inútil, me entero que algo no estuvo bien en el correo. Lo que hice fue reenviarlo a otro tipejo (otra dirección que venía en el primer mail) y apagar la compu.

Ya veremos mañana en que acaba este desmadrito, lo cual no me interesa mucho, porque son asuntos de alto nivel (o sea labor de mi jefa) y porque pronto estaré de camping lejos de la ciudad.

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